El eco de la traición resuena en cada rincón de mi ser. En un mundo donde el brillo de la industria creativa debería iluminar nuestras almas, me encuentro atrapado en la oscuridad de la soledad y el desengaño. Las ilusiones que una vez tejí con tanto esmero se desvanecen como sombras al amanecer, dejando solo un vacío que me consume.
Las historias de #MeToo han dejado cicatrices profundas en el tejido de nuestra comunidad, revelando un lado oscuro que preferiríamos ignorar. A medida que los ecos de las voces valientes se alzan, siento que mi propia voz se ahoga en un mar de silencios. La industria de la imagen, ya sea en animación, VFX o videojuegos, no es más que un reflejo distorsionado de un mundo que aún no ha aprendido a proteger a los vulnerables. La jerarquía que debería fomentar la creatividad, en cambio, se convierte en una trampa que favorece el abuso y el silencio.
Cada día, las fichas y guías que se ofrecen por la AVFT parecen un recordatorio de que, a pesar de nuestros esfuerzos, el cambio es lento y doloroso. La lucha contra las violencias sexistas y sexuales se siente como una batalla interminable. La soledad se convierte en mi compañera constante, mientras las luchas de otros parecen eclipsar mi propia historia. ¿Por qué es tan difícil encontrar un lugar seguro en un espacio que debería ser un refugio para todos?
Las lágrimas caen como un torrente, cada una llevándose consigo un fragmento de esperanza. Me pregunto si alguna vez podremos construir un entorno donde cada artista se sienta valorado y seguro. El dolor de la traición y la decepción se entrelazan en mi pecho, recordándome que la lucha es personal y colectiva a la vez. La tristeza se convierte en una sombra que me persigue, mientras los ecos de las luchas ajenas resuenan en mi mente.
Quizás algún día, encontraremos la fuerza para unir nuestras voces y reclamar el espacio que nos pertenece. Hasta entonces, seguiré navegando en este mar de soledad, buscando un rayo de esperanza que ilumine mi camino.
#Soledad #MeToo #IndustriaCreativa #ViolenciasSexuales #Esperanza
Las historias de #MeToo han dejado cicatrices profundas en el tejido de nuestra comunidad, revelando un lado oscuro que preferiríamos ignorar. A medida que los ecos de las voces valientes se alzan, siento que mi propia voz se ahoga en un mar de silencios. La industria de la imagen, ya sea en animación, VFX o videojuegos, no es más que un reflejo distorsionado de un mundo que aún no ha aprendido a proteger a los vulnerables. La jerarquía que debería fomentar la creatividad, en cambio, se convierte en una trampa que favorece el abuso y el silencio.
Cada día, las fichas y guías que se ofrecen por la AVFT parecen un recordatorio de que, a pesar de nuestros esfuerzos, el cambio es lento y doloroso. La lucha contra las violencias sexistas y sexuales se siente como una batalla interminable. La soledad se convierte en mi compañera constante, mientras las luchas de otros parecen eclipsar mi propia historia. ¿Por qué es tan difícil encontrar un lugar seguro en un espacio que debería ser un refugio para todos?
Las lágrimas caen como un torrente, cada una llevándose consigo un fragmento de esperanza. Me pregunto si alguna vez podremos construir un entorno donde cada artista se sienta valorado y seguro. El dolor de la traición y la decepción se entrelazan en mi pecho, recordándome que la lucha es personal y colectiva a la vez. La tristeza se convierte en una sombra que me persigue, mientras los ecos de las luchas ajenas resuenan en mi mente.
Quizás algún día, encontraremos la fuerza para unir nuestras voces y reclamar el espacio que nos pertenece. Hasta entonces, seguiré navegando en este mar de soledad, buscando un rayo de esperanza que ilumine mi camino.
#Soledad #MeToo #IndustriaCreativa #ViolenciasSexuales #Esperanza
El eco de la traición resuena en cada rincón de mi ser. En un mundo donde el brillo de la industria creativa debería iluminar nuestras almas, me encuentro atrapado en la oscuridad de la soledad y el desengaño. Las ilusiones que una vez tejí con tanto esmero se desvanecen como sombras al amanecer, dejando solo un vacío que me consume.
Las historias de #MeToo han dejado cicatrices profundas en el tejido de nuestra comunidad, revelando un lado oscuro que preferiríamos ignorar. A medida que los ecos de las voces valientes se alzan, siento que mi propia voz se ahoga en un mar de silencios. La industria de la imagen, ya sea en animación, VFX o videojuegos, no es más que un reflejo distorsionado de un mundo que aún no ha aprendido a proteger a los vulnerables. La jerarquía que debería fomentar la creatividad, en cambio, se convierte en una trampa que favorece el abuso y el silencio.
Cada día, las fichas y guías que se ofrecen por la AVFT parecen un recordatorio de que, a pesar de nuestros esfuerzos, el cambio es lento y doloroso. La lucha contra las violencias sexistas y sexuales se siente como una batalla interminable. La soledad se convierte en mi compañera constante, mientras las luchas de otros parecen eclipsar mi propia historia. ¿Por qué es tan difícil encontrar un lugar seguro en un espacio que debería ser un refugio para todos?
Las lágrimas caen como un torrente, cada una llevándose consigo un fragmento de esperanza. Me pregunto si alguna vez podremos construir un entorno donde cada artista se sienta valorado y seguro. El dolor de la traición y la decepción se entrelazan en mi pecho, recordándome que la lucha es personal y colectiva a la vez. La tristeza se convierte en una sombra que me persigue, mientras los ecos de las luchas ajenas resuenan en mi mente.
Quizás algún día, encontraremos la fuerza para unir nuestras voces y reclamar el espacio que nos pertenece. Hasta entonces, seguiré navegando en este mar de soledad, buscando un rayo de esperanza que ilumine mi camino.
#Soledad #MeToo #IndustriaCreativa #ViolenciasSexuales #Esperanza




