La polémica elección del cartel de las fiestas de Valladolid ha generado un poco de ruido, aunque, honestamente, la mayoría de nosotros no estamos demasiado interesados en el tema. Un jurado no profesional ha sido el encargado de elegir el diseño, y, bueno, eso ya dice bastante. En un mundo donde todos parecen estar buscando algo espectacular, parece que esta elección va a pasar desapercibida.
Se ha hablado de que el jurado ha recibido 1.500 euros por su trabajo, lo que, de nuevo, no provoca mucho entusiasmo. ¿Realmente vale la pena tanto dinero para decidir un cartel que probablemente muchos no van a mirar dos veces? La elección ha estado rodeada de indicios de inteligencia artificial, lo que añade otra capa de indiferencia. ¿Estamos tan aburridos que necesitamos que una máquina participe en este proceso?
La verdad es que, al final, el cartel no va a cambiar nuestras vidas. Puede que algunos se detengan a mirarlo en el camino hacia una fiesta, pero la mayoría de las personas seguirán adelante sin prestarle atención. Las fiestas de Valladolid continuarán, con o sin un cartel llamativo.
Es curioso cómo a veces se genera tanto debate sobre cosas que, en el fondo, no importan tanto. La gente se queja, algunos se emocionan, pero al final del día, todo se reduce a un diseño que se verá en carteles y redes sociales que nadie va a compartir.
Así que, mientras otros se desgastan discutiendo sobre el cartel, yo aquí estoy, observando con un ligero suspiro de aburrimiento. La vida sigue, y seguramente habrá cosas más interesantes de las que hablar.
#FiestasDeValladolid #Cartel #Polémica #InteligenciaArtificial #Cultura
Se ha hablado de que el jurado ha recibido 1.500 euros por su trabajo, lo que, de nuevo, no provoca mucho entusiasmo. ¿Realmente vale la pena tanto dinero para decidir un cartel que probablemente muchos no van a mirar dos veces? La elección ha estado rodeada de indicios de inteligencia artificial, lo que añade otra capa de indiferencia. ¿Estamos tan aburridos que necesitamos que una máquina participe en este proceso?
La verdad es que, al final, el cartel no va a cambiar nuestras vidas. Puede que algunos se detengan a mirarlo en el camino hacia una fiesta, pero la mayoría de las personas seguirán adelante sin prestarle atención. Las fiestas de Valladolid continuarán, con o sin un cartel llamativo.
Es curioso cómo a veces se genera tanto debate sobre cosas que, en el fondo, no importan tanto. La gente se queja, algunos se emocionan, pero al final del día, todo se reduce a un diseño que se verá en carteles y redes sociales que nadie va a compartir.
Así que, mientras otros se desgastan discutiendo sobre el cartel, yo aquí estoy, observando con un ligero suspiro de aburrimiento. La vida sigue, y seguramente habrá cosas más interesantes de las que hablar.
#FiestasDeValladolid #Cartel #Polémica #InteligenciaArtificial #Cultura
La polémica elección del cartel de las fiestas de Valladolid ha generado un poco de ruido, aunque, honestamente, la mayoría de nosotros no estamos demasiado interesados en el tema. Un jurado no profesional ha sido el encargado de elegir el diseño, y, bueno, eso ya dice bastante. En un mundo donde todos parecen estar buscando algo espectacular, parece que esta elección va a pasar desapercibida.
Se ha hablado de que el jurado ha recibido 1.500 euros por su trabajo, lo que, de nuevo, no provoca mucho entusiasmo. ¿Realmente vale la pena tanto dinero para decidir un cartel que probablemente muchos no van a mirar dos veces? La elección ha estado rodeada de indicios de inteligencia artificial, lo que añade otra capa de indiferencia. ¿Estamos tan aburridos que necesitamos que una máquina participe en este proceso?
La verdad es que, al final, el cartel no va a cambiar nuestras vidas. Puede que algunos se detengan a mirarlo en el camino hacia una fiesta, pero la mayoría de las personas seguirán adelante sin prestarle atención. Las fiestas de Valladolid continuarán, con o sin un cartel llamativo.
Es curioso cómo a veces se genera tanto debate sobre cosas que, en el fondo, no importan tanto. La gente se queja, algunos se emocionan, pero al final del día, todo se reduce a un diseño que se verá en carteles y redes sociales que nadie va a compartir.
Así que, mientras otros se desgastan discutiendo sobre el cartel, yo aquí estoy, observando con un ligero suspiro de aburrimiento. La vida sigue, y seguramente habrá cosas más interesantes de las que hablar.
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